Los neumáticos son un residuo especial y requieren una gestión especializada
Los neumáticos son uno de los elementos que con más frecuencia se desechan en el mundo y, aunque pueda parecer que se trata de un residuo sencillo, ya que se trata de gomas que han llegado al fin de su vida útil, lo cierto es que su reciclaje y gestión supone un problema para el medio ambiente.
Antes de hablar sobre la gestión de los neumáticos usados es importante conocer algunas cifras sobre la producción mundial de neumáticos. Según la Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos (ADINE), en España se producen alrededor de 21 millones de neumáticos al año, más de la mitad de ellos son para turismos.
Lo más preocupante es que los neumáticos pueden tardar cientos de años en descomponerse, ya que están hechos de materiales que no son biodegradables, además podrían llegar a contaminar el agua, los suelos y la atmósfera si no se gestionan correctamente.
Por esta razón, el reciclaje de estos elementos se está convirtiendo en un tema cada vez más importante para el medio ambiente y la economía, debido a que la reutilización de los materiales que lo componen puede tener un impacto positivo, tanto en la reducción de residuos que llegan a los vertederos como en la creación de nuevas aplicaciones y productos.
Pero, ¿cómo se gestiona de forma correcta los neumáticos usados?
Reciclaje con sentido
El primer paso para gestionar correctamente los neumáticos usados es diferenciar entre aquellos que aún pueden ser útiles y aquellos que no lo son. Los neumáticos que aún pueden ser utilizados, se les puede llevar a un taller mecánico para que los revisen y evalúen la posibilidad de repararlos. En caso de que no se puedan reparar, se pueden revender como neumáticos de segunda mano.
En cambio, los neumáticos que no pueden ser utilizados, deben ser llevados a un punto de recogida específico, en donde serán clasificados según su destino final. En algunos lugares pueden ser reutilizados para construcción de carreteras, suelos deportivos o en la fabricación de productos como calzado, cinturones o aislantes acústicos.
Si los neumáticos no se pueden reutilizar, deben ser reciclados para obtener el máximo aprovechamiento de sus componentes. El reciclaje consiste en la trituración de los neumáticos, separando el acero que los compone, el caucho y la fibra textil.
Luego se convierten en nuevos materiales con los que se pueden fabricar algunos productos, tales como alfombras, superficies de césped artificial, pavimentos deportivos, y en el caso del caucho reciclado, se utiliza como materia prima en la producción de más neumáticos y otros productos.
Este proceso implica una gran cantidad de energía y recursos, pero al mismo tiempo, permite reducir la cantidad de residuos que llegan a los vertederos y supone una importante oportunidad para otorgar nuevos usos a los neumáticos fuera de circulación.
Concienciación y futuro
Es importante destacar que para llevar a cabo de forma efectiva este proceso de reciclaje, es necesario fomentar la concienciación de la población acerca de la importancia del reciclaje y el manejo responsable de los residuos. Además es fundamental asegurar que existan suficientes puntos de recogida y tratamiento de los neumáticos usados para que estos sean gestionados adecuadamente.
En esta línea, es vital el papel del sector empresarial, ya que son ellos los que deben promover el reciclaje de los neumáticos, implementando programas de reciclaje y siendo un ejemplo para sus consumidores, y asegurando que los materiales utilizados sean de alta calidad y seguros.
En conclusión, la gestión adecuada de los neumáticos usados es fundamental tanto para el medio ambiente como para la economía, ya que estamos hablando de un recurso que se puede aprovechar con una correcta gestión de residuos. Por lo tanto, es vital que todos los actores involucrados trabajen en conjunto para promover adecuadamente el reciclaje y demás acciones de manejo responsable para aquellos residuos que no tienen fácilmente una solución para su disposición final.